Santa Teresinha do Menino Jesus (foto de seu rosto-2)
http://4.bp.blogspot.com/_IOClzupdI-8/TI6tDYfGe1I/AAAAAAAAAOw/H1ZnPDE_Fdo/s400/Santa+Teresinha+do+menino+Jesus1.jpghttp://4.bp.blogspot.com/_IOClzupdI-8/TI6tDYfGe1I/AAAAAAAAAOw/H1ZnPDE_Fdo/s400/Santa+Teresinha+do+menino+Jesus1.jpghttp://4.bp.blogspot.com/_IOClzupdI-8/TI6tDYfGe1I/AAAAAAAAAOw/H1ZnPDE_Fdo/s400/Santa+Teresinha+do+menino+Jesus1.jpg

terça-feira, 4 de outubro de 2011

UNA LLUVIA DE ROSAS


 

UNA LLUVIA DE ROSAS

por cristero07
“Cuando nuestro predecesor, de venerada memoria, proclamó Patrona de las Misiones a una carmelita de Lisieux, no hizo más que mostrar con el dedo que Teresa Martin, a la que había de designar como “su estrella propia en el cielo” era una astro de mayor grandeza que brillaba en el seno de un firmamento magníficamente estrellado”. Así se expresaba el Papa Pío XII en su discurso durante la beatificación de Emilia de Vialer, el 19 de Junio de 1939.

LA OFRENDA AL AMOR DIVINO

En un capítulo de libro “La vía triunfal o la subida hacia Dios”, de Antoine Egret, el autor establece una justa comparación entre Santa Teresa del Niño Jesús y San Pío X, y subraya la importancia de la doctrina teresiana contra el jansenismo y el materialismo, veamos:
“Aunque Teresita haya vivido su vida terrenal bajo Pío IX y León XIII, el carácter de su santidad la emparenta el reinado de Pío X. El gran Papa llamó a la vida eucarística a los niños desde sus primeros años, desde las primeras luces de la razón. Santa Teresita les mostró a los cristianos como elevarse, por medio de la infancia espiritual, a la más íntima unión con Dios en la grandeza y la gloria (…) San Pío X entendió, como Santa Teresita, la palabra de Jesús: “Si no se vuelven semejantes a esos pequeñuelos, no entrarán en el reino”. San Pío X fue el Papa de la infancia espiritual. Le permitió comulgar a los niños, entendiendo que aquel que está creciendo tiene necesidad de fortaleza, no solamente de la fortaleza dada por la oración, sino de la fortaleza dada por la Eucaristía”.

LA DOCTRINA TERESIANA SE OPONE AL SUBJETIVISMO

La vía de humildad que caracteriza la vida de Santa Teresita es sin duda una vía que va en contra de las tendencias anárquicas del subjetivismo. Es una condición determinante de la fecundidad de los santos que permite a la inteligencia conocer el orden de los verdaderos bienes y a la voluntad seguir sus esfuerzos a la luz plena de las certezas del espíritu.
No ver en la humildad de Santa Teresita nada más que la despersonalización y, finalmente, la muerte de las potencias del hombre, es tener un espíritu naturalista.
La acción de Santa Teresita ha sido, y sigue siendo fecunda, porque ha sabido someterse a las leyes de la verdadera eficacia: no a la eficacia considerada desde el punto de vista de una vana exaltación del yo, ni tampoco a la eficacia considerada bajo el ángulo de un idealismo inconsistente.
La verdadera eficacia es la de los actos que encaminan a cada ser hacia su fin, en obediencia a las leyes del orden natural y sobrenatural para mayor gloria del Rey del Universo.
Una de las consecuencias inmediatas del subjetivismo en la acción es llevar a la pusilanimidad, pues los grandes esfuerzos no pueden ser inspirados más que por la certeza de estar en lo real, siendo Dios solo el inspirador.
Misterio de la “pequeña vía”. Mientras los grandes sueños del idealista llevan a la pusilanimidad (que es lo propio de las almas mediocres), la humildad de las pequeñas vías conduce, en cambio, a las vías reales de las grandes santidades. Desde el ejemplo de la Santísima Virgen, esa verdad se ha verificado con Santa Teresita y se ha verificado siempre.

LA DOCTRINA TERESIANA SE OPONE DIRECTAMENTE AL MATERIALISMO


“El materialismo niega a Dios y lo transforma en una especie de hombre gigantesco, de gigante humano, haciendo de Dios u hombre o un superhombre no más, hace del hombre una máquina, no un miembro del cuerpo místico, sino una rueda ínfima y sin valor dentro de la gran máquina universal. Para el hombre hay tres posibilidades: envilecerse hasta no ser más que un animal humano, enorgullecerse hasta creerse un superhombre, o reconociendo su debilidad y conociendo la omnipotencia divina, unirse a Dios, dejándose divinizar por la gracia. Pero la divinización es posible solamente si el hombre reconoce su debilidad; toda satisfacción empieza por una aceptación de la gracia y por un acto de humildad”.

LA DOCTRINA TERESIANA SE OPONE DIRECTAMENTE AL JANSENISMO


“Porque se funda sobre la confianza. Sabemos que Dios nos ama y que su amor será el águila que nos llevará. El jansenismo aprieta el alma en las bandeletas del temor, la sume en el aplastamiento de un orgullo con apariencia de humildad. El cristiano no debe ser menos humilde que los jansenistas, pero debe ser más confiado y saber que Dios lo ama bastante para elevarlo hasta Él (…) Desde el jansenismo el mundo ignoraba la bondad de Dios. Vivía en el temor a un castigo que no podía evitarse. Veía en Dios al Juez inexorable y, desesperando de la eternidad, quería por lo menos gozar de los placeres de la tierra. Santa Teresita curó a los hombres del temor de Dios (el temor servil). Confiada hasta la audacia en su bondad de Padre, corre hacia Él como hacia un Padre. Hasta su misma justicia aún le parece resplandeciente de bondad. “Audacia del niño, esperanza del niño que tiene ante sí, no a toda una larga vida humana de numerosos años, sino a una eternidad”

UNA LLUVIA DE ROSAS… SUS MILAGROS


“En el momento en que la habilidad de los hombres parece haber tenido éxito, al fundar un mundo materialmente feliz sin Dios, en el momento en que lo sobrenatural parece inútil, la carmelita de Lisieux ve la fragilidad de esa construcción, que no es más que un andamiaje d esta fachada que no tapa nada. Antes que los sabios y prudentes hayan percibido el mal, ella indica el remedio y recurre a los grandes medios, que son los medios espirituales. Primero como todos los santos que Dios quiere dar como ejemplo a su Iglesia, Santa Teresita multiplica los milagros. La lluvia de rosas empieza. La guerra de 1914 extenderá todavía más la acción de la “pequeña reina”, que es pequeña por cierto y como tal quiere permanecer, pero reina y triunfante. Hasta ahora se tenían tantos bienes, se gozaba de tal abundancia que no existía necesidad de rosas ni de espinas. Pero cuando la miseria se abatió sobre el país de Santa Teresita, debido a que ese país y no era más -en toda la dimensión que debía serlo- el país de Cristo, entonces hubo que pedir milagros, y Santa Teresita los multiplicó. Desde ahora nada parará al “huracán de gloria”. Lo que San Martín había hecho en vida, cuando emprendía por Cristo la conquista de su reino, la Santa lo hizo desde el cielo, para su reconquista. Su acción, en todos los actos de su vida, pronto se hizo sentir en aquellos a quienes protegía. Los hábiles, los sabios, los prudentes se desvanecían delante de la que se beatificaba el año en que hubiera tenido 50 años, que se canonizaba cuando hubiera tenido 52 años. Además de todo, ciegos obstinándose en su ceguera, los hombres se esfuerzan en edificar el nuevo mundo juntando fragmentos. Y un nuevo hundimiento da vuelta su obra. Entonces se ponen todas las causas desesperadas en los brazos de Santa Teresita. Rusia, como una bestia roja, se lanza sobre la civilización occidental. El Papa confía Rusia a Santa Teresita. México fusila a los católicos, que mueren aclamando a Cristo Rey. Francia cae aplastada tanto por su debilidad como por la fuerza de sus enemigos. Y Pío XII, en el peor momento de la guerra, confía Francia  a Santa Teresita”
Nuestro autor concluye con estas hermosas líneas, que serán también nuestra conclusión:
“Desde Santo Tomás de Aquino, ninguna vida difundió tal luz doctrinal, pues la doctrina se agrega al ejemplo. Santa Teresita ha mostrado mejor que cualquiera la verdadera Faz de Jesús, y más que cualquier otro, ha grabado esa Faz en las almas, tal como lo fue en el velo de la Verónica. La obra de Santo Tomás opera directamente sobre una élite, y ejerce influencia sobre todas las almas por medio de la acción de ésta élite sobre las muchedumbres. Por su parte, Santa Teresita se dirige directamente a todas las almas. Aún a las almas no cristianas, como Patrona de las Misiones. Todos pueden leer, comprender, amar la historia de su alma y por todas las almas (…) Encontrar a Santa Teresita es encontrar a María Santísima y a Jesús; seguir a Santa Teresita es seguir y unirse a la Virgen y a Cristo. Mientras Jesucristo revela al mundo las riquezas infinitas de su Sagrado Corazón, mientras desvela el Corazón de su Madre, da a todos, por Santa Teresita, un medio de alcanzar la inmensidad de amor contenido en el suyo y cubre con una misma ola el Corazón de la Santísima Virgen María, el corazón de Santa Teresita y todos los corazones de los hombres que aceptarán su amor”


IESUS CHRISTUS Nº 53

sábado, 1 de outubro de 2011

Santa Terezinha do Menino Jesus, a santa do "pequeno caminho"

 
117sta_terezinha
Xico_Lopes Aos olhos menos atentos, pode parecer que ela nada fez de extraordinário, do mesmo modo que muitos outros Santos e Santas que a Igreja lembra e homenageia. Mas aí é que reside o mérito deles. Fizeram da sua vida comum, ordinária, uma vida exemplar, uma vida santa! E assim foi a vida de Santa Terezinha, que hoje lembramos com carinho e devoção.
A francesa Marie Françoise Thérèse Martin, nasceu no dia 2 de janeiro de 1873, em Alençon, na França, filha do ourives Luís José Estanislau Martin e da artesã Zélie Guéri.
Era a caçula de uma família com nove (9) filhos: Maria Luísa, Maria Paulina, Maria Leônia, Maria Helena (faleceu aos 4 anos e meio de idade), José Maria Luís (faleceu aos cinco meses de vida), José Maria João Batista (faleceu antes de completar nove meses de nascimento), Maria Celina, Maria Melânia Teresa (falecida aos três meses de idade) e ela, Terezinha.
Quando nasceu, era muito franzina e doente, exigindo constantes cuidados, mas revelava-se marcada pelo senso de amor, pelo semblante de serenidade e pelo contentamento de sua alma com a grandeza de Deus. Ainda muito criança já pensava na idéia de ser religiosa, para a alegria de sua mãe, mas para o desconsolo de seu tio Isidore Guérin (seu futuro tutor).
Em agosto de 1876, a Sra. Zélie toma conhecimento de que padece de um câncer. Quando ela falece, o Sr. Martin para aproximar as filhas da família materna, resolve mudar-se para Lisieux. Todas as tardes, Teresinha e seu pai, o senhor Louis Martin, costumavam passear: faziam visitas ao Santíssimo, cada dia em uma nova igreja. A prematura morte de sua mãe, quando ela tinha 4 anos fez com que ela se apegasse a sua irmã Paulina, que elegeu para sua "segunda mamãe". No dia 2 de outubro de 1882, Paulina entra para o Carmelo. Ela foi a primeira das irmãs a entrar no Carmelo e isso, para Teresinha, parecia uma provação maior que suas forças. Paulina a consolou e explicou com muita ternura qual era o caminho desejado por Deus para ela.
Todas as quintas-feiras a família ia visitá-la e Teresinha, que costumava conversar intimamente com a irmã, agora só conseguia 2 ou 3 minutos no final da visita, ficava chorando e acabava saindo com o coração dilacerado. Perto do fim deste ano, ela acabou ficando muito doente: havia momentos em que fazia coisas sem pensar, parecia estar quase sempre delirando, dizia palavras sem sentido e, freqüentemente, parecia desmaiada, sem fazer o mais leve movimento. O pai encomendou uma novena de missas a Nossa Senhora das Vitórias para sua cura. Acometida por essa estranha doença, foi curada não por intervenção médica, mas a partir de uma visão de Nossa Senhora, que lhe sorriu.Teresinha sentiu, então, que o Carmelo era o lugar onde Deus também a queria. Curada pela "Virgem do Sorriso", imagem da Imaculada Conceição que seus pais tinham afeição, tomou uma forte resolução de entrar para o Carmelo.
Entrou para ser aluna na Abadia das Beneditinas de Lisieux, e lá permaneceu por cinco anos, porém após sofrer muitas humilhações, de lá saiu e passou a receber aulas particulares.
Quase ao completar 14 anos, no Natal de 1886, Teresa passa por uma experiência que chamou de "Noite da minha conversão". Ao voltar da missa e procurar seus presentes, percebe que seu pai se aborrece por ela apresentar comportamento infantil. A menina decide então a renunciar a infância e toma o acontecido como um sinal inspirador de força e coragem para o porvir.
Ingressando no Carmelo…
117teresa27 Inclinada por temperamento à calma e a uma certa melancolia, Thérèse com lindos olhos azuis, cabelos louros, traços delicados, alta e extraordinariamente bonita, quando escrevia no seu diário “Oh! Sim, tudo me sorrirá aqui na terra”, era uma época em que estava experimentando injustiças e incompreensões.
Seis meses depois, Teresa decide que quer entrar para o Carmelo de Lisieux (Ordem das Carmelitas Descalças). Como a pouca idade a impede, é levada por familiares, em novembro de 1887, para uma viagem à Itália para pedir autorização ao Papa. Durante a viagem, ela conhece diferentes paisagens e pessoas, inclusive alguns sacerdotes. Nesse momento ela se conscientiza o quanto eles precisam de orações, pois são homens frágeis e que tem a vocação de conservar o sal destinado às almas! Em audiência com o Papa Leão XII, tem a resposta: "entrareis se Deus quiser”.
Teresinha reza em todos os momentos, sejam eles de alegria ou de tristeza. Antes mesmo de entrar no Carmelo, ao ouvir falar de um conhecido criminoso chamado Pranzini e da sua condenação à morte, ofereceu sacrifícios, missa e orações por ele. Antes de ser condenado, Pranzini agarrou e beijou três vezes um crucifixo. Para Teresa, esse foi um sinal de sua conversão.
Depois de um tempo, ela escreve novamente ao Papa que, após dias de espera, declara que ela pode entrar para o Carmelo ao fim da quaresma. A esperada entrada ocorreu em 9 de abril de 1888. Fez sua profissão religiosa, em 8 de setembro de 1890, e tomou o nome de Thérèse de l´enfant Jesus et de Sainte Face, mas carinhosamente chamada pelos franceses após sua morte como Thérèse de Lisieux. Todo mistério da vida de Cristo encontramos na vida de Teresinha. Seu nome é expressão deste mistério: “do Menino Jesus”, demonstra a delicadeza e a simplicidade; "da Sagrada Face", a dor, o sofrimento, as dificuldades pelos missionários.
117SantaTerezinha
Santa Teresinha teve tuberculose, uma doença que lhe trouxe sofrimentos horríveis. Houve momentos, inclusive, que se sentiu abandonada por Deus. A madre superiora, certa vez, mandou que ela caminhasse e tomasse sol para ajuda-la a melhorar. Isso, na verdade, lhe fazia sentir dores por todo corpo. Mesmo assim, Teresa fez toda uma volta no claustro do convento. Quando sua enfermeira chegou e viu o que acontecia, lhe questionou: “Teresa, mas o que estás fazendo?” A resposta é reveladora: "Eu estou caminhando por um missionário." Ninguém deu muita atenção. Com o tempo, descobriu-se que um missionário, na Índia, nestes mesmos dias, teve problemas com seu carro. Para resolvê-lo, teve que andar 20 quilômetros a pé; contudo, não sentiu cansaço.
Este é uma dos testemunhos do processo de canonização da santa – é um dos milagres de Teresinha, que mesmo atingida pela tuberculose pulmonar, debilitada nas forças, não rejeitava trabalho algum e continuava a “jogar para Jesus flores de pequenos sacrifícios”.
Após seis anos na ordem, em 1894, almejando o caminho da santidade, Teresa percebe que não o conseguiria pela mortificação, disciplina e sacrifício observadas pelos santos a quem se dedica a estudar. Inspirada nas palavras de um padre, Teresa adota a "Pequena Via", um caminho pequeno e reto para a santidade, que consiste simplesmente em se entregar ao amor de Jesus Cristo, para que Ele conduza pelo caminho.
Faleceu em 30 de setembro de 1897, com apenas 24 anos. Disse, na manhã de sua morte: "eu não me arrependo de me ter abandonado ao amor". No dia 4 de outubro de 1897, foi sepultada no cemitério de Lisieux.
Sua obediência era a prova de que se fazia a menor entre as menores. Sua irmã, Paulina, também carmelita, publicou em 1898 os escritos autobiográficos de Santa Teresinha, intitulados "História de uma alma". Ficou conhecida pelo seu amor ao Menino Jesus, seguramente pelo que escreveu nos seguintes termos: “Eu havia me oferecido a Jesus Menino como um brinquedo, e lhe havia dito que se servisse de mim não como uma coisa de luxo, que as crianças se contentam em guardar, mas como uma pequena bola sem valor, que ele pudesse jogar na terra, empurrar com os pés, deixar em um canto, ou também apertar contra o coração, quando isso lhe agradasse. Numa palavra queria divertir o Menino Jesus e abandonar-me aos seus caprichos infantis.”
SantaTerezinhadoMeninoJesus
No dia 17 de maio de 1925, Teresinha foi canonizada pelo Papa Pio XI. O mesmo Papa a declara Patrona Universal das Missões Católicas em 14 de Dezembro 1927. Por ocasião da celebração do Centenário de sua morte, em 19 de Outubro de 1997, o Papa João Paulo II a declarou “Doutora da Igreja”.
Que significa a "chuva de rosas"?
Santa Teresinha ficava encantada com as rosas. Sua vida estava acabando e sabia que não havia feito mais que começar enquanto se dispunha a entrar na vida eterna com Deus.
Ela explicava que "Depois de minha morte, farei cair uma chuva de rosas", dizendo que proporcionaria uma chuva de favores e benefícios, para que possamos amar mais a Deus.
Que é o pequeno caminho?
A mensagem que Teresinha quer transmitir é que a espiritualidade é simples e a chama de "pequeno caminho".
Isto é, ela nos ensina que Deus está em todas as partes, em toda situação, em toda pessoa e nos pequenos detalhes da vida.
Seu "Pequeno Caminho" nos ensina que é necessário fazer coisas habituais da vida com extraordinário amor. Um sorriso, uma chamada ao telefone, animar uma pessoa, sofrer em silêncio, ter sempre palavras otimistas e tantas outras ações feitas com amor.
Estes são os exemplos de sua espiritualidade. Uma pequena ação feita com amor, é mais importante que grandes ações feitas para a glória pessoal. Teresa nos convida a unir-nos a sua infância espiritual, isto é, ao seu "Pequeno caminho".
A Padroeira das Missões
No dia 14 de dezembro de 1927, o Papa Pio XI proclamou "Santa Teresa do Menino Jesus padroeira principal de todos os missionários, homens e mulheres, e de todas as missões existentes em toda a terra, com São Francisco Xavier e com todos os direitos e privilégios que convêm a este título".
Teresinha nada realizou que merecesse aplausos do mundo. Não fundou mosteiros como Teresa d’Ávila, nem foi viver no meio dos leprosos como Francisco de Assis. Deus a convidou a realizar miudezas, coisas insignificantes. Deu-lhe a missão de nos lembrar o valor dos "pequenos nadas".
Chamou-a para que ela nos revelasse a estrada do abandono em Suas mãos. E Teresinha não decepcionou o seu Bem-Amado. Ela nos mostra o quanto é salutar aceitarmos nossos próprios limites e assumir a nossa pequenez, sem nos envergonharmos de nossa humanidade. Nada há de extraordinário na vida dessa monja. O que há de especial em Teresinha é a simplicidade com que amou a Deus.
Nunca deixou o seu Carmelo para ir evangelizar em terras distantes, embora tenha acalentado o sonho de ir para o Oriente e ali viver sua vocação ao amor. Seu desejo de ser missionária era tão intenso que chega a confessar que não desejava sê-lo somente durante alguns anos, mas desde a criação até a consumação dos séculos. Além do mais afirma que uma só missão não lhe bastaria. Manteve correspondência com dois missionários, a quem extravasava seus ideais de partir em missão.
O ardor missionário de Teresinha se manifesta no seu zelo em salvar almas, isto é, conduzir as pessoas a Deus, fazendo-as cientes do quão são amadas pelo Senhor Misericordioso. Sua missão é fazer Deus amado, adorado, por seu amor, por sua bondade. No Carmelo compreendeu que sua missão era "fazer amado o Rei do céu, submeter-lhe o reino dos corações…"
Teresinha amplia o conceito de missão, levando-nos a compreender que, pela oração, também podemos nos tornar missionários. A oração é o sustento da ação missionária. A eficácia da evangelização depende da união com Deus. O trabalho de um apóstolo será mais eficaz se ele for um contemplativo. Um contemplativo será tanto mais autêntico quanto mais apostólica for sua intenção.
Neste sentido, Teresinha foi uma apóstola, uma autêntica missionária pois ajudou, pela oração e por sacrifícios, os missionários, participando de seus trabalhos através de seu coração solidário, sedento de conduzir as pessoas ao conhecimento do amor misericordioso de Deus.
Para a Padroeira das Missões, a oração é uma arma invencível que Jesus lhe deu para tocar as pessoas. Muito mais que as palavras, a oração sensibiliza, testemunha, conforta e transmite esperança. Nossa vida de oração poderá estimular a santificação das pessoas através da atenção aos sinais da presença de Deus nos acontecimentos. A Santa de Lisieux nos ensina por sua vida que a contemplação é o alicerce da missão. É necessário cultivar uma espitualidade substanciosa, radicada no Evangelho, marcada pela necessidade de estarmos na presença de Deus numa atitude de adoração e escuta. Missão que não é sedimentada na oração não oferece resultados.
Santa Teresinha, padroeira das missões, intercede junto a Jesus por todos os missionários e missionárias, por aqueles que deixam suas famílias para anunciar o Evangelho em terras distantes. Para que possamos entender que todo cristão é chamado a ser missionário em sua própria família, em sua escola, em seu trabalho. Anunciar, evangelizar, espalhando a boa notícia de Jesus é tarefa de todos!
A santa das Rosas
Por que Santa Teresinha é conhecida mundialmente como "A Santa das Rosas"?
No dia 11 de março de 1873, não sabendo mais o que fazer para curar sua pequena Thérése de uma atroz gastroenterite, Zélie Martin resolveu ir a Sémaillé, um vilarejo próximo a Alençon, à procura de uma senhora chamada Rose Taillé para ser a ama-de-leite de sua caçula.
Assim, de 16 de março de 1873 a 2 de abril de 1874, Teresa viveu nesse lugar onde os habitantes tinham um belo costume: presentearem-se, por qualquer motivo, com flores. É provável que a precoce convivência com esses odores tenha acendido em nossa santa uma paixão que jamais a abandonará: as flores, especialmente as rosas.
Em carta à sua prima Maria Gurérin, escrita no dia 18 de agosto de 1887, Teresinha vai afirmar seu amor pelas rosas: "Amo tanto uma bela rosa branca, quanto uma rosa vermelha".
Sentia-se feliz quando podia lançar pétalas de rosas para o alto quando passava o ostensório com o Santíssimo Sacramento. Madre Inês, sua irmã de sangue, relata que, no dia 14 de setembro de 1897, Teresinha ganhou uma rosa e a desfolhou sobre o crucifixo de forma muito carinhosa. Algumas pétalas caíram no chão da enfermaria. Muito seriamente, a santa teria afirmado: "Ajuntai bem estas pétalas, minhas irmãzinhas, elas vos servirão a dar alegrias, mais tarde… Não percam nenhuma…"
Seu prazer era atirar flores no grande crucifixo do pátio do Carmelo. Gostava de cobrir o seu crucifixo de rosas de forma muito cuidadosa, afastando as pétalas murchas. No entanto, não lançava flores em ninguém. Madre Inês conta que certa vez colocou-lhe rosas nas mãos, pedindo-lhe que as atirasse em alguém, como sinal de afeto. A santa recusou-se a fazê-lo. Ela só desfolhava e lançava rosas para seu amado Jesus.
Santa Teresinha aproveita a imagem da rosa para explicar um elemento importante de sua "Pequena Via": "Compreendi que o brilho da rosa… não tira o perfume da pequena violeta… Compreendi que, se todas as florzinhas quisessem ser rosas, a natureza perderia seu enfeite primaveril…" Por isso, ela conclui, Deus criou" os grandes santos que podem ser comparados…. às rosas". No jardim da vida há lugar para as humildes flores, as frágeis violetas, que não possuem o vigor e o perfume das rosas, mas mesmo assim enfeitam o mundo. As rosas são os gigantes da fé. As violetas são as almas pequenas que trilham o pequeno caminho.
Quem tanto amava as rosas, vai prometer, quase ao fim da vida, que fará chover rosas sobre o mundo. Com esta promessa estava se prontificando a interceder pela humanidade junto a Deus. Haveria de conseguir muitas graças e bênçãos junto ao Pai. Após sua morte os milagres irão se multiplicar. Ela prometeu continuar sua missão no céu, trabalhando para o bem das almas e não frustrou os que confiam em sua oração. Ainda hoje são muitos os relatos de curas, milagres e conversões realizados por intermédio da humilde carmelita.
A Novena das Rosas
"SANTÍSSIMA TRINDADE, PAI,  FILHO e ESPÍRITO SANTO, eu Vos agradeço todos os favores, todos os dons, com que enriquecestes a alma de Vossa serva TERESA DO MENINO JESUS, durante os 24 anos em que viveu e, pelos méritos de tão querida Santinha, concedei-me a graça que ardentemente Vos peço, se for conforme a Vossa Santíssima Vontade e para a salvação de minha alma”. (dizer a graça que deseja …..
Rezar 24 “Glória” (Glória ao PAI, ao FILHO e ao ESPÍRITO SANTO, como era no princípio agora e sempre. Amém)
E também a Jaculatória:
“Santa Terezinha do Menino Jesus e da Sagrada Face, rogai por nós!”
Rezar durante 9 (nove) dias seguidos.
Santa Teresinha do MENINO JESUS, modelo de humildade, confiança e de amor a DEUS! Do alto dos céus derrame sobre nós estas rosas que levas em teus braços: a rosa da humildade para que vençamos nosso orgulho e aceitemos o Evangelho; a rosa da confiança, para que nos abandonemos à vontade do SENHOR; a rosa do amor, para que abrindo nossa alma à graça Divina realizemos o único fim para o qual o CRIADOR nos criou: Ama-LO e fazer com que ELE seja Amado, Tu que passas o teu Céu fazendo o bem na Terra, ajuda-me nas necessidades e proteja-me contra todo o mal. Amém.
Fonte: Castelo Carmelitano – Centro Interior, http://www.angelfire.com, http://apostolado.sites.uol.com.br/folibu.htm

A espiritualidade de Santa Teresinha

 SANTA TERESINHA, A SANTA DAS PEQUENAS COISAS

Na noite de dia 02 de janeiro de 1873, nasce em Alençon (França) a nona e última filha do casal Luís Martin e Zélia Guérin. Aos 09 de abril de 1888, entra no Carmelo de Lisieux e morre no dia 30 de setembro de 1897. Em 17 de maio de 1925, Pio XI preside a cerimônia de canonização de Teresinha Martin, na presença de 33 cardeais, 250 bispos e milhares de fiéis. Em 1927, ainda o Papa Pio XI a declara “Padroeira principal das Missões em todo Universo em pé de igualdade com S. Francisco Xavier”. Em 1997, a santa da simplicidade foi declarada Doutora da Igreja. Eis aí um resumo das principais datas de sua vida, veremos agora o porquê deste “furacão de glória”.
 A espiritualidade de Santa Teresinha
O Espírito Santo conduziu a jovem Teresa a redescobrir a realidade mais fundamental do Evangelho: Deus é verdadeiramente nosso Pai e nós somos seus filhinhos, e com o Espírito podemos nos dirigir com confiança ao Deus amoroso e cheio de Misericórdia, e falar-lhe como Jesus falava: Abbá, Paizinho! Assim é que, conhecendo a verdadeira face de Deus, Teresinha, cujo “amor a Deus crescera com ela à sombra do claustro, a ponto de se tornar um abismo cuja profundidade não era possível calcular”, se lança com toda liberdade em um caminho marcado acima de tudo pela confiança sem limites no Amor Misericordioso de Deus e neste caminho entende que a única coisa que vale aos olhos de Deus é o amor: amor a Deus e ao próximo.
Nesta via, marcada pela confiança a Deus e abandono à sua Vontade Santa, qualquer pessoa, por mais fraca que fosse, poderia seguir sem se importar em acumular méritos, mas esperando receber tudo de Deus. O importante era viver o dia a dia dando tudo de si para fazer com amor todas as pequenas coisas e serviços que estivessem ao seu alcance, mas reconhecendo-se sempre pequeno e esperar tudo de Deus.
Não se aborrecer com as suas faltas ou pecados, mas arrepender-se, alegrando-se de reconhecer-se sempre pobre e necessitado da graça e da força de Deus; não mais pensar em si, mas concretamente voltar-se para o outro através do serviço e de uma convivência fraterna e alegre; não mais viver para si, mas sacrificar-se e consumir-se no amor com o único intuito de salvar o maior número possível de almas, para que Deus fosse eternamente amado por elas.
Este caminho novo a alegrava especialmente porque poderia ser seguido por toda uma multidão de pessoas comuns, que sem poderem jamais fazer nada de prodigioso, poderiam cumprir no amor a vontade de Deus no dia a dia. Em resumo, Teresa ia descobrindo que a verdadeira santidade era algo bem simples, e que estava ao acesso de todos os homens, e que ninguém era excluído por Deus. A chave desta descoberta de Teresinha foi a compreensão da verdadeira face de Deus: Ele é Misericordioso, é Pai Amoroso, é Justo não porque nos faz cobranças mas porque conhece o nosso coração, as nossas intenções, a nossa fragilidade, o nosso nada.
Da descoberta do Amor Misericordioso de Deus ao Amor Universal de Teresa
Santa Teresinha sente-se inspirada a se oferecer “como vítima de holocausto ao Amor Misericordioso de Deus” para que a sua vida se transforme num ato perfeito de amor a Deus, e para que seja fecunda no sentido de fazer Jesus conhecido e amado. A partir de então, o amor fraterno e o zelo apostólico de Teresa se tornam cada dia maiores. Sente-se inflamada pelo desejo de salvação das almas e seu zelo pela Igreja e pelas Missões no mundo inteiro a consomem. Tornara-se a Irmã universal, todos os homens são seus irmãos, especialmente os mais pecadores, os ateus, os infiéis. Luta com todas as suas armas para salvá-los.
Suas armas são todas espirituais: a oração, a humildade de coração, a castidade, o sacrifício, a pobreza, a ternura que dispensava às irmãs de sua comunidade. Gostaria de ser tudo para poder servir a todos; queria ser mártir para dar testemunho de Jesus com a própria vida; queria ser apóstola e missionária para pregar o nome de Jesus em toda a Terra; queria ser profeta e doutora para poder instruir as pessoas sobre a Verdade; gostaria de ser guerreira para lutar por Jesus, e ser sacerdote para poder dá-lo às almas.
Era o amor a Deus que incendiava assim o coração da pobre Teresa e que veio mostrar a ela que a única maneira de ser tudo para todos, era o Amor. Ousada como sempre, Santa Teresinha partilha que “a Igreja tinha coração e que este era ardente de amor… o amor abrange todas as vocações e alcança todos os lugares…”, e sem a menor cerimônia ela se apossa de sua vocação: Minha vocação é o amor”, “serei o amor… Assim serei tudo…”.
E é impressionante vê-la escrever no último ano de sua vida: “Agora compreendo que a caridade perfeita consiste em suportar os defeitos dos outros, em não se admirar de suas fraquezas, em edificar-se com os mínimos atos de virtude que se lhes veja praticar; antes de tudo aprendi que a caridade não deve ficar estanque no fundo do coração”. Depois de uma vida toda edificada no amor, o Espírito Santo vem lhe ensinar ainda que o maior, o mais perfeito, o mais verdadeiro amor é o de Jesus, e que é preciso que ela ame seus irmãos, suas irmãs como o próprio Jesus os teria amado.
A Infância Espiritual: obra do Espírito Santo
Por que Deus concedeu tamanha glória a Santa Teresinha, e tamanho poder de intercessão? Por que permitiu que ela morresse tão jovem, aos 24 anos de idade, no apogeu de sua juventude? Ora, o Senhor havia realizado na vida de Teresinha uma obra maravilhosa, e na verdade o Espírito Santo a conduzira a viver a fundo e a testemunhar o que é o Amor Misericordioso de Deus, que a santidade é possível e que todos os homens são chamados a ela.
O Espírito Santo, que gosta de confundir os grandes, os poderosos e os sábios deste mundo, vem através de uma jovem desconhecida de todos, gritar ao mundo que é possível ser santo, porque Deus é Santo, e é nosso Pai. Ah, loucura de Deus mais sábia que toda esperteza do mundo, utilizar-se desta criança, Santa Teresinha, para nos lembrar e ensinar que somos chamados à santidade, nós homens e mulheres do século XX e vindouros, onde a ciência e a mentalidade modernas mais procuram nos afastar que nos aproximar de Deus! Foi para o nosso bem, para que pudéssemos aprender com ela, que Deus permitiu que Teresinha morresse tão jovem e fosse canonizada tão rapidamente; ela na verdade foi, como diz o Evangelho, o “grão de trigo caído por terra, que se morrer produz muito fruto”.
Bibliografia:
- Teresa de Lisieux, Santa. História de uma alma, Manuscritos Autobiográficos
- Il est vivant n. 65 e 113
- Gaucher, GUY. Santa Teresinha – História de uma vida, Ed. Loyola, 1985
- “Curso sobre Sta Teresinha”- por Frei José Claúdio, OCD
- Sciadini, Patrício. Eu, Teresinha do Menino Jesus. São Paulo: Ed. Loyola, 1997
- Sciadini, Patrício. Uma chuva de rosas. Fortaleza: Shalom, 1998
- Shalom Maná n. 61.

http://giselle.cfn.blog.br/?p=3899